Entrevista imaginaria
El poder del habla
Obtener
seguidores, fans y convertirse en una persona idolatrada es una tarea muy fácil
si manejas el poder del habla. Hugo Chávez sin duda alguna lo logró.
Hugo Chávez Frías fue presidente de Venezuela desde el 2 de febrero de 1999, hasta el
día de su fallecimiento en 2013. Sus cadenas nacionales de más de dos horas
fueron muy populares y parecían tener al público entretenido.
—
¿Para qué otra entrevista? No lo entiendo, ni descansar en paz me dejan. ¿Qué
más quieren de mí? ya estoy aquí en este infierno ¡rojo, rojito! (dice Chávez
con un tono molesto)
—No
pretendo demor…
—…Demorar,
es lo que vas a decir, a quién engañas, todos dicen lo mismo, “son solo un par
de preguntas”, “no voy a tardar”. (Dice interrumpiéndola)
—
¿Sabías que ibas a llegar a este infierno?
—
¿El mismo infierno en el que estás tú?
—Por
favor expresidente, yo no pertenezco a este lugar. Solo quiero saber de ti, no
porque seas interesante sino por…
—…Ajá,
ajá, no lo sabía. Pero ¿qué tiene de malo este lugar? Aún no he expropiado
nada, aunque me gusta y quiero la aureola o mandorla que cargan varios del otro
lado, ya luego me encargaré de eso; pero de resto estoy feliz. Además el
infierno era donde muchos deseaban que yo estuviera. Si logré tener poder donde
los vivos, también puedo tenerlo aquí donde los muertos; no hay diferencia. Te
digo algo, prefiero estar aquí, hay muchas mentes débiles con las que puedo
usar mi poder.
—
¿Poder?
—
Sí, muchacha. El mismo poder de Hitler (dijo pretencioso).
—
El poder de hacer el mal. El poder de derrumbar un país en menos de dos
décadas. Ese es el único poder que conozco de usted. (Dijo subiendo el tono de
voz gradualmente)
—
¡Qué novata! Pensé que eras más inteligente. ¿Cómo crees que llegue a ser quién
soy?
—Disculpe,
la que vino hasta aquí a pasar calor y a preguntar soy yo.
—Después
de hacer una cadena nacional, hablando durante horas, y no precisamente de
política y economía, mis seguidores, fans y creyentes ¡aumentaban
drásticamente! ¿Empiezas a abrir los ojos?
—Eras
buen orador, indiscutiblemente atrapabas la atención de la audiencia.
—Ahí
es donde quiero llegar. He hablado más de 8 horas en una cadena nacional, con
altos márgenes de audiencia durante la transmisión. A pesar de que no hablo de
democracia, o política en profundidad, a la gente le gusta.
—
¿Por qué les gusta?
—Porque
se precisamente que decir. Tú tienes que decir lo que las personas quieren oír.
En mi gobierno me enfoqué en otras personas. Quienes nunca habían sido oídos, o
se sentían excluidos, pensaban que no merecían nada, la clase baja.
—
¿De ahí viene su dilema ser rico es malo? Eso lo dijo textualmente en una
cadena.
—Chica,
les daba un poco de lo que querían escuchar. Mi audiencia era la clase obrera,
la cual era un alto porcentaje de la
población venezolana. Ya con tenerlos a ellos de mi lado era suficiente para
mantenerme en el mandato.
—
¿Entonces eras solo un presidente para los pobres?
—Era
el presidente de Venezuela, pero no a todos les agradaba la idea. No puedo caerle
bien a todo el mundo.
—
¿Cómo conseguiste atrapar a la clase obrera?
—Con
mi poder, hija.
—Sigo
sin entender. ¿Poder?
—Te
garantizo que lo entenderás, ten paciencia. Recuerda que es un secreto, o mejor
dicho, un truco, que si lo logras aprender cambiarás tu vida y tendrás lo que
deseas.
—No,
usted no va a cambiar mi vida. No puede cambiar mi vida alguien que previamente
la arruinó.
—
¿Cómo? No me digas que uno de esos galpones que expropié era de tu familia.
—No
sea sínico. Por favor… (Dijo molesta)
—Ahora
quiero saber ¿Qué hice?
—Su
gobierno fue corrupto y sucio. No se trataba de ayudar al pobre, sino de
quitarle al rico para quedártelo tú y darle el 2% al pobre. Así de sencillo
—Veo
que no quieres aprender nada, soy un hombre sabio.
—2006
asesinatos de los hermanos Faddoul ¿Le suena familiar?
—No
puedo negar que la tasa de mortalidad en Venezuela ha sido alta, creo que algo
me acuerdo de eso.
—Le
recuerdo, asesinaron vilmente a 3 hermanos inocentes. El General Noel Martínez, conocido como
‘Guasipati”, quien estuvo bastante relacionado con usted, fue el cabecilla de
todo esto.
—Ah
claro, recuero mandarle un ramo de flores a la madre.
—Que
irónico, un ramo mientras usted estaba al tanto de esto.
—
¿A qué viene todo esto? ¿Son tus amigos, novio, familiares?
—Mis
primos, pero no es por nada personal. Solo que el modus operandi de usted no
tiene escrúpulos. No me puede venir a hablar de un poder, cuando usted ha
permitido que muchas personas sufran. ¿Alguna vez ha reflexionado el daño que
ha causado?
—Por
amor a dios. No hay ningún daño, antes de partir vi muy feliz a todas esas
personas con las viviendas que les entregue
—Misión
vivienda, fue un fracaso. ¿No cree que si…
—Hija,
no critiquemos mi mandato. Llévate algo mejor de esta conversa (dijo
interrumpiéndola)
—
Quiero saber el secreto, su poder. Sinceramente algo tiene que haber, tengo que
admitirlo. No me parece lógico la cantidad de apasionados que tiene.
—No
es lo que digas, sino como lo digas.
—
¿Una mentira repetida mil veces, se convierte…?
—No,
no. Te estás desviando, ahora te llamo a Hitler, ese tema es con él.
—Pero
me dijiste que tenías el mismo poder que Hitler ¿o me equivoco?
—Pero
no es eso. Es un poder que engloba eso.
—Hablar
en cadenas nacionales, decir lo que las personas quieren oír, mantener a la
sociedad entretenida, mirar a los pobres. ¿Estoy cerca?
—Caliente,
caliente.
—Se
nos agota el tiempo, Hugo Chávez. Soy una mujer de palabras y dije que esto no
demoraría.
—Esta
es una de las pocas veces que la paso bien. (Dijo de manera conmovedora)
—Fue
agradable, no lo puedo negar.
—Estamos
en un mundo donde lo que decimos tiene mucho poder. La forma de decir las
cosas, el lenguaje corporal, el tono de voz, la seguridad, lo es todo para
ganarte a una sociedad, o por lo menos a una gran parte de ella. A veces puedes
decir algo muy importante, pero no lo haces de la forma correcta, tienes un
tono de voz bajo, o simplemente una mala postura. Y en mi caso, podía hablar de
cosas irrelevantes, pero que terminaban siendo tema para la opinión pública por
mi manera de decir las cosas. No me refiero solo al carisma, ojo. A veces
estaba por empezar una cadena nacional y no tenía idea de lo que iba a
comentar, pero ya solo por tener un buen tono de voz, hacer las pausas cuando
se deben, mostrarme seguro y sonriente, controlando absolutamente todos mis
movimientos corporales, podía alienar a toda la población.
—
¡El poder del habla!
—Ya
me puedo ir en paz. Usa esto en tu cotidianidad, las personas le dan más
importancia al contenido, no quiero decir que no lo sea; yo tenía todo un
equipo trabajando en contenido, pero esto no iba a servir de nada si no sabía
expresarme. Úsalo, te acabo de abrir un mundo de oportunidades. Yo me encargaré
de alienar a las mentes débiles que andan sueltas aquí. ¡Cuídate!
—
¡Gracias!
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